Castellón Plaza, Periódico Digital

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 Castellón Plaza, Sara Cano

El jueves 13 de junio 2019 visita España Vicente Preciado Zacarías, Maestro Emérito de la Universidad de Guadalajara, Jalisco, México.

Presenta el libro, “Juan José Arreola, el gran desconocido” en él, el autor recoge la obra periodística de esta figura clave en las letras mexicanas.

Le acompaña Miguel Uribe Clarín, director de la editorial mexicana Puertabierta, que ha publicado a varios autores de España.

Fue un acercamiento a la vida y obra de uno de los escritores más importantes dentro de la literatura mexicana y universal. Este es un fragmento de la entrevista que le hicieron para el periódico digital Castellón plaza.

 

Juan José Arreola no es precisamente un intelectual desconocido. Sin embargo, exponen que en el libro se habla de su faceta más recóndita. ¿Qué hay de nuevo en sus páginas?

Vicente Preciado: En este libro se descubre un Juan José periodista, centrado más concretamente en el periodismo culto. Vemos sus múltiples facetas como comunicador, porque tocaba diferentes temas; desde religiosos hasta sociales o más protestativos. Son 126 artículos. Arreola trabajó durante años en el Sol de México, donde también publicaba Ortega y Gasset, y sus artículos tenían como característica la economía verbal. Se reducía su colaboración a una cuartilla, de hecho, la mayoría no pasaban de las 150 palabras.

¿Cuánto tiempo ha pasado preparando el libro?

 Vicente Preciado: Me dieron el tiempo apropiado para capturarlo, corregirlo y hasta hacer un prólogo sobre cómo le gustaba este tipo de periodismo. Él amaba el texto miniatura por muchas razones y los autodefinía como artículos de corta medida sintáctica, porque vuelvo a repetir, no eran más de 125 palabras.

Miguel Uribe: Tardamos mínimo ochos meses porque en las ediciones que se habían hecho de sus trabajos en el 67 y en 2003 había muchos errores de redacción, porque, según me contó el maestro Preciado, Arreola tenía sus textos y los pasaba por teléfono a los medios de comunicación, con lo que se sumaba un problema de entendimiento por parte del que estaba siendo dictado.

¿Cómo vería Arreola el actual periodismo, marcado en gran medida por las ‘fake news’ o el ‘clickbait’?

Vicente Preciado: Mira, en el consultorio de deontología recibíamos una revista que llegaba gratis a los laboratorios, de Félix Martí Ibáñez y que tenía mucho de cultura e información porque quería cultivar a los médicos y dentistas. Pero el primer periodista del mundo fue Julio Cesar, ya que cuando estaba conquistando nuevos territorios mandaba caballos especiales a Roma con noticias para hacerse propaganda. ¿De verdad era cierto lo que practicaba? ¿Él no hacía propaganda? Ya por entonces esta táctica le valdría al militar para llegar a donde llegó. Ahí queda la esencia del periodismo.

 

Fotos: ANTONIO PRADAS

 

¿Es el escritor mexicano machista como sostienen diversos analistas de su obra?

Vicente Preciado: Me preguntaste en el principio de la entrevista el porqué del nombre del libro, “Juan José desconocido…” es que el propio Arreola está deformado por esa especie de mitología desfigurada que hay de su obra. Era el hombre que más amaba a las mujeres y más las respetaba. En todos sus escritos era el mejor poeta de la feminidad. Tenía obsesión, por ejemplo, por figuras como la de Eva y en todo momento las defiende. Se declara incluso como un macho excesivo e insoportable. Eso también está en el libro que presentamos. Reniega de su condición de “macho” mexicano y le pide perdón a la mujer universal. Le dice que está de rodillas ante ella, porque en ella está la naturaleza completa.

Las lecturas de Arreola se han llevado a gran cantidad de institutos mexicanos, como puede ser los textos de Cervantes o Isabel Allende en España. No obstante, muchos de estos jóvenes las leen por obligación y, por eso, se enfrentan a sus historias con una actitud desganada. ¿Cómo se podría revertir esta falta de interés?

Vicente Preciado: Es un problema muy complejo que cada día se agrava más. Como humilde profesor de universidad que lleva unos 45 años frente a los alumnos, estamos viendo ese debacle de valores en los muchachos. Sin embargo, nos sostiene lo mismo que sostenía a Juan José Arreola. Él decía que aunque tuviera grupos de treinta personas para impartir sus materias, iba a clase en realidad por solo cinco. Pues la fe y la esperanza de todos nosotros está depositada en ellos. Hace 15 años que a mí mismo me tocó formar parte de la fundación de la carrera de letras en la Universidad de Guadalajara y empezamos con diez alumnos. Ahora hay lista de espera, porque los estudios de letras pasaron de ser para gente rara a gente bien acomodada y que quiere pensar a través de la literatura. Pero por lo general a los jóvenes les gusta irse a por la facilidad, a escritos que no necesitan mucha compresión. Las lecturas de la actualidad se basan mayoritariamente en el sexo, algo que todo el mundo entiende, así como la violencia. Es de lo que está llena nuestra novelística actual. El periodismo cultural, por ejemplo, no se lee porque a la gente le interesa más un periodismo tremendista, horrendista y que otras personas llaman el amarillismo.

Foto: ANTONIO PRADAS

¿Tienen ahora los escritores más dificultades para crear un mensaje propio y con personalidad? 

Vicente Preciado: Juan José Arreola era lector de escritores ocultos para la mayoría, pero él los leía porque sabía que influenciarían positivamente en sus obras, como pudo ser Francisco de Aldana, quien fue más español que todo lo español que te puedas imaginar. Sin embargo casi nadie lo conoce. Su reflexión versa, pues, en que si los autores noveles leyeran ahora los textos de esos autores, quizá podrían conseguir producir algo mejor que él. 

¿Arranca en Castellón una gira por España. ¿Qué espera de estos agitados días? 

Vicente Preciado: A través de los años nosotros hemos aprendido a ser humildes. Si todo este impulso de venir de México solo ha valido para motivar a una persona, solo con esa persona ha valido la pena. No se pueden pedir milagros en un momento en el que no se dan.

Miguel Uribe: De hecho Juan José estaba convencido que iba a tener un público no tan vasto.

El Mundo

El Mundo

El Mundo, Víctor Navarro. Castellón 19 Junio 19

 

Cuando Juan José Arreola (1958- 2011), una de las firmas más célebres de la literatura mexicana del siglo XX, acudió a la clínica dental del odontólogo Vicente Preciado, ignoraba que entre ambos surgiría una amistad tan sólida como la que le unía a un carpintero tan hábil con las maderas como con el tablero de ajedrez. La pasión de Preciado no eran las dentaduras por corregir, sino la literatura. Sólo una casualidad hizo posible un encuentro que selló para siempre una estrecha relación de amistad entre el odontólogo y el escritor que ahora, ocho años después de la desaparición del reconocido autor mexicano, ha servido para revalorizar su obra y dignificar su figura.

Vicente Preciado, un obsesivo estudioso de la composición literaria de Juan José Arreola, expuso días atrás en Castellón que el escritor y amigo fue un “genio discreto” alérgico a la pomposidad y las fanfarrias de la fama.

Esa moderación y prudencia casi patológica impidió a Arreola dar valor a su colección literaria. Nunca lo hizo. Renegó de las élites que consagraron para siempre a Juan Rulfo, autor del célebre título Pedro Páramo, y se conformó al olvido.

Contra ese destierro al páramo de la indiferencia lucha Vicente Preciado con el alma y sabiduría de los ilustrados y las energías que sus más de ochenta años de edad le permiten. En su reciente visita a España para dar a conocer el estilo de Juan José Arreola, con paradas en Madrid, Castellón y Granada, Preciado, un apasionado de la obra de Santa Teresa de Jesús, ha destacado que el escritor mexicano es “una presencia necesaria” en la literatura en español porque era un “estudioso con una memoria privilegiada, se sabía de memoria la obra de Quevedo, hablaba de escritores españoles que son totalmente desconocidos por catedráticos notables en México y España como el capitán Francisco de Aldana y es el poeta más importante del Renacimiento italiano. Sólo con el conocimiento que tenía de Francisco de Aldana, Arreola ya merece un sitio en la cultura hispanoamericana”.

Además de estudiar la obra de autores clásicos, Arreola cultivó estrechas relaciones con varios escritores contemporáneos de Sudamérica, entre ellos el argentino Jorge Luis Borges. “Creo que Julio Cortázar fue con quien tuvo una relación más afectuosa. Le mandó una carta muy expresiva que Arreola nunca contestó por su timidez y que su familia conserva en herencia. Sin embargo, creo que el escritor arquetípico que él frecuentó, al saber de memoria toda su obra poética y prosística, fue Jorge Luis Borges. Fue un encuentro muy amistoso con él y Arreola me decía que en Radio Belgrado dedicó el público a los dos cuatro minutos de aplausos tras escuchar sus explicaciones culturales. Arreola siempre decía desde su humildad que podía alcanzar un estado de perfección que Borges ya manejaba en su lenguaje. Arreola era muy respetuoso con Borges”.

El escritor mexicano desaparecido en 2011, y que también fue comentarista de televisión en eventos deportivos, era capaz de detectar “cualquier error” en una composición literaria. Por eso existía una “admiración mutua” entre Arreola y Borges.

 

Con Juan Rulfo, autor de la novela “Pedro Páramo”, Juan José Arreola tuvo una aportación anónima pero decisiva en la configuración del relato. Vicente Preciado afirma que es una contribución “secreta, muy poco conocida. La familia de Rulfo quiere controlar su nombre, fama e integridad, pero Arreola me decía que Rulfo tenía un lenguaje dispar y el trote del coyote. Pero, me decía él, cuando una divinidad baja y se aposenta en Rulfo no se puede negar que es un milagro, así lo reconocía Arreola”, quien influyó en el relato de Pedro Páramo para introducir los giros temporales que acompañan el texto más célebre del siglo XX de la literatura mexicana. “Le sirvió de mucha ayuda a Rulfo en la redacción final de Pedro Páramo”, insiste Vicente Preciado. Muy autocrítico, como hizo con su propia novela “La feria”, por ser “como decía Arreola un mosto que nunca llegó a vino”. El que fue antes dentista que amigo, señala que hoy en día en México, la obra de Juan José Arreola “todavía no ha sido suficientemente reconocida. En Arreola hay un lenguaje altamente poético y muchos estudiantes o profesores no tienen facilidades para acceder a él. Leyéndole a él es necesario leer a otros escritores que influyeron en Arreola. Era un hombre tan receptor que era dueño de una frase muy representativa suya. Decía que ‘prefiero ser leído mucho por pocos que poco por muchos’. Es una genialidad. Poco a poco estamos llevando a Arreola a los libros gracias al editor mexicano Miguel Uribe”, hermano del pintor Jerónimo Uribe. Según Preciado, con Arreola “estamos ante un humorismo finísimo” cuando aborda la temática de Dios porque representa un “Kafka reeditado”. El que fue odontólogo define también a Arreola como un escritor “honesto” para el que reclama, a dentelladas de admiración, “un lugar en la historia de la literatura”.

 

 Miguel Uribe, Vicente Preciado y Jerónimo Uribe, en su charla en Castellón.